miércoles, 26 de enero de 2011

Licencia para copiar

Enemiga de las restricciones y de los usos comerciales de los contenidos, Copyleft constituye una posibilidad legal para promover el tráfico libre y sin condiciones de la información a través de las nuevas tecnologías

Es difícil imaginar un mundo en el que hubiese acceso libre a todas las áreas del conocimiento y las artes. Es aún más complicado soñar con que estos contenidos pueden reproducirse y modificarse sin las represalias legales de los derechos de autor. Para
Copyleft, esto no es fantasía.

Se trata de un grupo de
licencias que permite a los receptores de una obra copiarla, alterarla o utilizarla para creaciones personales de forma libre, con la condición fundamental de que todo lo que derive de ella debe poseer las mismas cláusulas de difusión.

El
Copyleft es la antítesis del Copyright. Su origen data de los años 80, cuando Richard Stallman propuso un método para transferir de forma permanente la mayor cantidad de derechos posibles, aplicados en este caso a la creación de software. La idea es que todas las personas pudieran acceder libremente a los códigos de un programa para así poder mejorarlo o, sobre la base de aquel, crear uno nuevo. Así nació el proyecto GNU y la llamada Licencia Pública General, la cual no posee restricciones de autoría.

Esta idea se fue extendiendo a otras ramas del conocimiento y a las artes, dando como resultado nuevas licencias con parámetros similares. Una de las más populares es Creative Commons (CC) una organización no gubernamental que dirige sus esfuerzos a minimizar las barreras legales de difusión de contenidos, utilizando para ello las nuevas tecnologías. Esta contrato tiene ciertas cláusulas que difieren un poco del GNU, ya que en este caso sí se reconoce el crédito de la fuente principal, la copia o creación derivada de la otra no puede tener fines comerciales y, por último, debe distribuirse con la mismas condiciones.

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